Un taller es un programa corto e intensivo, para una cantidad relativamente pequeña de personas, en un área de conocimientos determinada que hace énfasis en la participación para la resolución de problemas. Así mismo, son un formato muy común como utensilios para la transmisión de información y la adquisición de capacidades.
El elemento diferenciador respecto a otras actividades radica en la colaboración y la interacción de los participantes que colaboran en el proceso de evaluación de las actividades propuestas.
Los objetivos a cumplir por los talleres variará en función del tipo de taller que se vaya a realizar. Así, si nos interesa un taller de “gestión y planificación del tiempo”, por ejemplo, el realizador del taller deberá conseguir que los participantes aprendan a invertir su tiempo para hacerlo más productivo y enseñarle técnicas para conseguirlo. Y esto es sólo un pequeño ejemplo, ya que según el tema elegido el taller será más o menos extenso, más o menos práctico; es decir, los objetivos a cumplir serán unos u otros según el tema elegido.
La importancia que puedan tener este tipo de dinámicas de aprendizaje reside en la capacidad del profesional para conseguir el interés del grupo en el tema expuesto y así resultar útil e interesante para el público en cuestión.
Además, el ámbito en el que se realice el taller debe ser dinámico, participativo y colaborativo. Esto hace que los participantes puedan adquirir beneficios tanto del ponente como de sus compañeros, fomentando tanto el aprendizaje como las relaciones sociales.
Todo ello, hace que un “simple” taller pueda conseguir que una persona no solo aprenda sobre el tema en cuestión, sino que quiera seguir aprendiendo más, fomentando así la actividad cognitiva y la realización personal individual y grupal.
Por ello, desde Mentisetcor os invitamos a participar en cualquier taller que os interese, porque seguro que descubriréis cosas muy interesantes y querréis repetir la experiencia.
Un saludo